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Cosas que hacer en Quito: una guía local del corazón histórico

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● 11 minutos de lectura

Una de las primeras cosas que recomendamos al llegar a Casa Gangotena es explorar el barrio alrededor del hotel. La mansión histórica no es simplemente un hotel de lujo, es un miembro importante de una comunidad activa y vibrante, y una de las más fascinantes e idiosincráticas de la capital ecuatoriana.

El barrio de San Roque, situado en el Casco Antiguo de Quito, es una de las zonas más tradicionales de la ciudad. Es hogar de una variedad de artesanos y comerciantes locales, incluidos practicantes de la medicina tradicional, el último molinero del Centro Histórico, vendedores de frutas y chicha, y artesanos involucrados en oficios religiosos y la creación de dulces centenarios. Muchas de estas personas participan en el proyecto Guardianes del Patrimonio, una iniciativa destinada a preservar los oficios y oficios tradicionales que poco a poco están desapareciendo en otras zonas del país que han pasado por la modernización. Este proyecto no sólo busca mantener estas antiguas tradiciones sino que también ofrece a los viajeros una visión íntima de las formas de vida históricas en Quito.

La belleza de este tour por San Roque inicia apenas ponga un pie fuera del hotel, desde ahí parte su experiencia. Para los huéspedes de Casa Gangotena esta es una de las actividades más interesantes que se puede realizar en Quito y que requiere mínimo esfuerzo.

Antes de empezar:

  • Despiértese temprano y empiece su tour por la mañana. En las tardes es más probable que llueva, por lo que es importante realizar sus actividades en Quito antes del almuerzo.
  • Use zapatos cómodos y prepárese para caminar.
  • Lleve una botella de agua.
  • Use bastante bloqueador solar y preferiblemente, también, un sombrero.
  • Mantenga a la mano un poncho de agua o un paraguas.
  • Siempre tenga monedas para comprar las especias, jugos y golosinas que va a encontrar en el camino.
Área del patio interior en Casa Gangotena
Relájese en el patio interno de Casa Gangotena antes de comenzar su exploración por el centro histórico de Quito.

¡Y nos vamos!

Al salir por el jardín de Casa Gangotena, tome la izquierda en la calle Cuenca, aquí perciba el rico aroma que proviene de las especias en las tiendas al otro lado de la calle. En este lado de la acera encontrará La Casa del Alabado, un museo de arte pre-incaico que vale la pena explorar durante un par de horas.

Museo Casa del Alabado
El museo Casa del Alabado cuenta con una gran colección de figuras y objetos precolombinos.

Al llegar a la calle Rocafuerte, usted podrá observar la iglesia de Santa Clara. Un bello templo cuyos altares corresponden a los períodos del Renacimiento tardío y Barroco temprano. La iglesia cuenta con una gran cantidad de inusuales esculturas de la Escuela Quiteña. Desafortunadamente, se mantiene cerrada durante la mayor parte del tiempo (sin embargo, puede visitarla los domingos de misa).

Barrio de San Roque
La iglesia de Santa Clara estuvo cerca de derrumbarse tras un temblor en 1645.

Si se dirige a la derecha y sube por la colina, le entrará una sensación repentina de haberse inmiscuido en la esencia pura de Quito: se pueden divisar actividades cotidianas que, a los ojos de los turistas, parecen encantadoras y exóticas. Esta es la calle donde los quiteños vienen a hacer compras para el hogar, a comer, a socializar, e incluso a hacer mandados dictados por su ferviente fe católica. De todo lo que se puede hacer en Quito, esta actividad es la que más le conectará con la vida local.

Sanación herbal

Mientras deambulas por el barrio de san roque, encontrarás tiendas repletas de hierbas, que se derraman como si brotaran de un bosque encantado en su interior. La paleta de colores es vibrante: amaranto morado, verbena de limón verde vivo, los blancos y amarillos suaves de la manzanilla, la mashua dorada (un tubérculo nudoso relacionado con la papa, famoso entre los lugareños por sus beneficios para la próstata) y el rico verde de las hojas de guayusa. (una planta amazónica elaborada tradicionalmente en un té estimulante).

El área está repleta de exhibiciones de carnes en alacenas, empanadas esponjosas y una cafetería de mariscos donde almejas frescas esperan ser limpiadas en el mostrador.

Entre ellas hay una serie de farmacias de hierbas, establecimientos que a primera vista se parecen a las farmacias tradicionales, pero que, tras una inspección más cercana, se dan cuenta de que las píldoras y los productos químicos sintéticos han sido reemplazados por los poderes curativos de las plantas. En la entrada, atraen ramos de flores y hierbas, disponibles para su compra para aquellos que quieran preparar sus propios tés terapéuticos en casa o tomarlos en el lugar. La agüita de la vida es un brebaje elaborado con 25 plantas medicinales, entre ellas linaza, orégano, valeriana y cola de caballo. Un cartel brillante ensalza sus numerosos beneficios para la salud: aliviar la inflamación de los riñones y el hígado, purificar la sangre y aliviar el estrés y el nerviosismo. Probar esta poción milagrosa es una tradición venerada en Quito – un sorbo podría presentarle sus propiedades reconstituyentes.

Más allá de las tiendas de artículos para fiestas, con sus piñatas de unicornios y decoraciones extravagantes, se encuentra El Buen Café. Este establecimiento se encuentra entre las cafeterías tradicionales más apreciadas del barrio de San Roque y ofrece un lugar perfecto para tomar una dosis de cafeína. Es una parada necesaria para coger energías antes de continuar el ascenso cuesta arriba.

El último molinero del Centro Histórico.

Último molinero de San Martín, Quito
Visite el último molino de San Martín y maravíllese con el tradicional proceso de este trabajo.

Vale la pena subir la cuesta, unos cuantos pasos más arriba, en la parte derecha de la acera, está el Molino San Martín y el último molinero del Centro Histórico. El local ha estado ubicado en el mismo sitio desde hace 54 años, cuenta con una clientela diversa: familias de la vecindad, pastelerías y Casa Gangotena. El hotel adquiere de aquí algunas harinas para la elaboración diaria del pan y de las bonitísimas.

Vale la pena subir la cuesta, unos cuantos pasos más arriba, en la parte derecha de la acera, está el Molino San Martín y el último molinero del Centro Histórico. El local ha estado ubicado en el mismo sitio desde hace 54 años, cuenta con una clientela diversa: familias de la vecindad, pastelerías y Casa Gangotena. El hotel adquiere de aquí algunas harinas para la elaboración diaria del pan y de las bonitísimas.

Losa de piedra de Dinamarca
La losa de piedra fue traida desde Dinamarca y ha sido usada durante varias generaciones.

“Es difícil el mantener reliquias como ésta. Por suerte, mi hijo es ingeniero eléctrico y mantiene todo funcionando con fluidez” explica uno de los gemelos. “Pero él nos está presionando para cambiar el equipo. Vamos a tener que modernizarnos”.

Un producto particularmente quiteño es la máchica, una mezcla de harina de cebada con panela que tradicionalmente se les da a los niños. Se la mezcla con leche y jugo, o con bananas para ayudar a la digestión. Además, aporta con calcio y hierro para el crecimiento de los huesos y, ante todo, es deliciosa.

El primer mercado de Quito

¡Ahora continuemos cuesta arriba! Aquí se puede hacer una pequeña pausa para admirar las rosas, grandiosas y coloridas, y cuyo precio es bastante económico. Finalmente, llegará al mercado construido en 1893. El mercado de San Francisco fue el primer mercado cubierto de la ciudad. Su azotea original fue diseñada por la empresa de Gustave Eiffel, actualmente es el impresionante techo Art deco del Palacio de Cristal del Parque Itchimbía.

mercado de san francisco Puede ser una de las cosas más reveladoras que hacer en Quito para los visitantes, pero es en gran medida un mercado en funcionamiento, donde los lugareños vienen a recoger sus artículos esenciales y a tomar comida mientras viajan. Aquí, los vendedores visten uniformes elegantes y el espacio se mantiene rigurosamente limpio. Los carteles son trilingües: español, inglés y quechua. Muchos de los compradores y vendedores son indígenas.

Hay frutas de todas las texturas, formas y colores; cocos peludos, pitahayas espinosas, melones tersos como papel y taxos dorados en forma de oritos… ¡menudas frutas intergalácticas!

Los vendedores usualmente se mantienen en un podio detrás de su santuario de frutas. Mientras que en el puesto del costado, una mujer está detrás de un mostrador de pollos colocados con las patas al aire (un truco que según la creencia local les da un mejor sabor). Puede poner a prueba este mito y de paso lo agrega a su lista de cosas por hacer en Quito.

Barrio de San Roque
Barrio de San Roque

Inclusive, puede que se encuentre con Paty, una intrépida guía turística de los “Guardianes del Patrimonio”. “Hay muy pocas cosas que suceden en este barrio de las que yo no me entero,” dice la mujer con una sonrisa pícara.

En la lucha por proteger a los oficios tradicionales, ella dirige su negocio de venta de jugos y chicha de jora, una bebida tradicional que contiene alrededor de 7 tipos de granos. La receta y proceso los aprendió de su abuela. Nos cuenta que se tiene que dejar la mezcla de granos en un sitio húmedo y oscuro para que se fermente; después, se debe hervir durante 6 horas con raíces, especias y hierbas. Ésta en particular no es una bebida alcohólica (tampoco contiene la saliva de quien la elabora, una práctica típica de la Amazonía), pero hay docenas de variantes de la chicha que existen a lo largo del Ecuador.

Pociones de amor y huevos medicinales

Al final del mercado se encuentra la sección de Medicina Ancestral. Se puede contemplar una hilera de puestos, exhibiendo exuberantes hierbas, con letreros de neón que compiten entre ellos para anunciar pociones de amor y desamor (de dudosa eficacia). En el local de Mama Rosita se está curando a un bebe del “espanto”, un estado de shock y miedo que según los indígenas se adquiere por la presencia de malas energías y espíritus. Vale recalcar que el bebé no se ve espantado, todo lo contrario, sonríe mientras Mama Rosita frota su cuerpo pequeño y regordete con hierbas y flores.

Limpieza herbaria andina
Las limpias son realizadas con diferentes hierbas y elementos naturales.

Rosita es la cuarta generación de una familia de curanderos, vive de sanar a la gente de todo tipo de malas vibras, desde estrés hasta envidia. El ritual se llama “limpia”. Empieza con el cliente siendo hostigado con ortigas, luego con hierbas amargas como la Santa María, después con flores y finalmente, con hierbas dulces como el limón y la verbena. A veces usa huevos para limpiar a gente mayor.

“Mis limpias tienen un efecto instantáneo, a veces la gente se marea y empieza a llorar,” cuenta la curandera.

Usted puede realizarse su propia limpia ya sea en el mercado, o en la privacidad de su baño en Casa Gangotena. Ésta es una de las cosas que puede descubrir en Quito para conectarse con la espiritualidad y las creencias locales. Los martes y viernes son los días más comunes para realizarse la limpia, pues según se cree, son los más poderosos y efectivos.

Paciencia, sagrada paciencia

Después de haber comprado frutas exóticas y pociones de amor, salga nuevamente a disfrutar de la luz del día y descienda la cuesta. Cruce la calle Chimborazo hasta llegar a la calle Simón Bolívar. A medida que descienda, haga una parada en las Colaciones Cruz Verde donde Luís Banda lo recibirá en la entrada del local, que ha formado parte de su familia por 103 años. En una paila enorme que cuelga desde el techo, se tuesta maní y azúcar para preparar la golosina favorita de los quiteños: las colaciones. Toma tres horas hacer una buena porción de colaciones, pero Luis es paciente. Prefiere sentarse en su puerta a ver pasar la vida del vecindario, a sus espaldas un sinnúmero de recortes de periódico del siglo pasado empapelan sus paredes.

Delicias tradicionales de Quito
Los dulces quiteños todavía se realizan de la manera tradicional.

A pocos metros del local, llegando a la calle Imbabura, usted encontrará una tienda de estatuas religiosas de todos los tamaños, sobre todo de santos y figuras del niño Jesús. El dueño también maquilla la cara de personas con cicatrices, para mejorar su apariencia y sanar las heridas (asegura que es eficiente en el 60% y 70% de los casos). Algunos dicen que tiene algo que ver con el zinc de la pintura. Si usted tiene una lesión que sanar o una cicatriz que esconder, esta es una de las actividades más inusuales que se puede hacer en Quito y que muy pocos conocen.

Una belleza de arco en el barrio de San Roque

Cuando llegues de nuevo a la calle Rocafuerte, baja la colina hasta llegar a la blanca y reluciente iglesia de Carmen Alto. Uniendo ambos lados de la calle, desde la iglesia hasta el Museo de la Ciudad, se encuentra el glorioso Arco de la Reina, una majestuosa construcción colonial donde los lugareños buscan refugio de las frecuentes ráfagas de lluvia de la ciudad, como se pretendía cuando se construyó en 1727. Correr para protegerse de la lluvia es una actividad clásica en Quito.

La Reina de cuyo nombre lleva el arco, es la Virgen de los Ángeles. Se la puede encontrar en la capilla del antiguo hospital donde ahora está el Museo de la Ciudad. Fue adorada por Mariana de Jesús, la primera santa del país. Cuando Mariana murió en 1645 dejó su hogar para las monjas carmelitas y la iglesia que erigieron en su lugar se hizo tan popular entre los fieles que durante la misa del sábado, la gente llenaba y desbordaba la iglesia hasta la calle, sin importarles empaparse debajo de la lluvia. El arco fue construido para protegerlos y llegó a convertirse en un símbolo de devoción a la primera santa de la ciudad.

El Museo de la Ciudad

Museo de la ciudad de Quito
Explore el patio interno del Museo de la Ciudad.

Si gira a la derecha en la calle García Moreno, reserve unas horas para explorar el Museo de la Ciudad. Este fue antes el primer hospital de Quito y ahora funciona como un monumento a los más de 500 años de la importante y, en ocasiones explosiva, historia de la ciudad. Alrededor de los patios soleados (sobre los cuales se asoman las torres blancas de San Francisco, dándole una idea de dónde se encuentra), se conservan la farmacia y el quirófano antiguo. En estas salas encontrará excepcionales obras de arte, como el tríptico en el campanario del pintor contemporáneo Jaime Zapata: tres pinturas que retratan a la conquista española, representando hermosos guerreros indígenas y españoles diabólicos con rostros cadavéricos, grotescos y perturbadores.

También hay exposiciones temporales, como la maravillosa muestra desMARCADOS, un tributo a la protesta indígena que incluye una línea de tiempo, tapices tejidos con mensajes revolucionarios y una muestra fotográfica hermosa y conmovedora.

En el patio trasero del museo hay un espacio moderno y brillante, que contrasta favorablemente con el antiguo hospital. Hay una puerta de salida a la Av. 24 de Mayo y a La Ronda, otra de las calles tradicionales del casco antiguo y un recorrido imprescindible en Quito. Tome el puente y las escaleras hacia la calle para continuar su aventura, o diríjase a la entrada para finalizar su recorrido.

De vuelta en la calle Rocafuerte, camine cuesta arriba, observe las golosinas, las colaciones y el delicioso dulce llamado “caca de perro”: un bocadito elaborado a base de maíz y panela que sin duda será la causante de una que otra carie.

Dulces tradicionales de Quito
Los dulces tradicionales quiteños contienen maíz o maní. Los puede encontrar fácilmente en las tiendas del centro histórico.

A su derecha, pasará por un puñado de tiendas que venden túnicas opulentas y elaboradas, saciadas en color turquesa, mostaza y escarlata, hechas como para un Papa miniatura. Estos increíbles atuendos son confeccionados para vestir al Niño Dios, la figura religiosa de Cristo recién nacido que muchas familias católicas se pasan respetuosamente de generación en generación durante la Navidad (aunque cada familia tiene sus propias tradiciones). Todos los años suelen comprar prendas nuevas y deslumbrantes, algunos hasta cuentan con atuendos estrafalarios, de militares o policías (usualmente son comprados por devotos miembros de las fuerzas armadas que personalizan a su Niño Dios).

De vuelta a casa

¡Ya queda un corto tramo para llegar nuevamente a la calle Cuenca! Gire a la derecha y encuentre refugio en el oasis pacífico del jardín del hotel, descanse sus pies y sacie su sed con la bebida de aguas frescas de Casa Gangotena. Esta es, sin lugar a dudas, la actividad más quiteña de Quito.



Salón de recepción de Casa Gangotena
Disfrute del resto de su día en la comodidad de Casa Gangotena.
Elegante patio de Casa Gangotena, un Hotel Boutique en Quito.
Adéntrate en el Corazón de la Historia en Casa Gangotena
Sumérgete en la grandeza del pasado de Quito y experimenta un lujo incomparable en Casa Gangotena. Donde cada rincón cuenta una historia, y cada estancia pasa a formar parte de la historia.

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