Hay mucho más en el casco Histórico que iglesias y museos. En lugar de ser reliquia de una antigua forma de vida, está formado por una red de concurridos barrios del Centro Histórico de Quito que albergan a miles de personas, cada una con su propia identidad y ambiente. A continuación, presentamos tres de los más emblemáticos que seguro despertará su curiosidad y abrirá una puerta a la vida local en la joya de los Andes.
San Blas
En breve
Para ser uno de los barrios más antiguos de la ciudad, San Blas todavía tiene un toque prometedor. Desde el siglo XVI hasta comienzos del siglo XX se consideró la entrada al Centro Histórico de Quito y marcó el límite norte. Está ubicado en una pendiente lo cual significa que tiene una de las mejores vistas de la ciudad. Ahora, con su remodelada Plaza junto a su iglesia del siglo XVI, el barrio ha atraído nuevos bares y restaurantes entre los puestos y tiendas tradicionales.
No se puede perder
La plaza de toros, que ahora ya no se utiliza para las corridas después de que un referéndum las prohibió, se utiliza para actividades culturales como conciertos, especialmente durante las vibrantes Fiestas de Quito en diciembre. La estructura de 1960 ofrece una visión de los tiempos pasados.
El bar
La Oficina es relativamente nueva en este barrio vintage, y ofrece su propia cerveza artesanal de San Blas, así como música en vivo y noches de película, lo que lo convierte en un centro cultural para la comunidad.
La Tola
En breve
Ya no quedan muchos barrios igual de tradicionales como La Tola. Hogar de unos 5.000 habitantes, la zona tiene una miríada de leyendas (como la novia abandonada en el altar en su vestido de boda que pasea por la calle Don Bosco por la noche) e incluso tiene un espacio para peleas de gallos donde antes los jóvenes competían con rivales de otras comunidades. Aquí también podrá encontrar el bullicioso Mercado Central, donde personas de toda la ciudad vienen a hacer sus compras.
No se puede perder
La Tola está cerca del Itchimbía, un parque glorioso con una vista increíble de la ciudad. El lugar es también una tarima para conciertos y festivales. Puede también ir al restaurante Pim’s ubicado dentro del parque, o el Café Mosaico en la calle de abajo, para disfrutar de una de las terrazas más bellas.
El Bar
La micro-cervecería original que desencadenó la tendencia de consumir cerveza artesanal en toda la ciudad, Bandido Brewing, sigue siendo el líder. Entre semana, encontrará la iglesia de los años 1850 por la noche llena de ecuatorianos y extranjeros, alegres con sus pintas de pale ale, stout o miel de jengibre y una pizza inesperadamente buena.
San Marcos
En breve
Ubicado a lo largo de la calle Junín, San Marcos es un centro cultural donde tranquilamente podrá pasar el día conociendo los restaurantes, galerías y museos, paseando por la calle inclinada donde hay pintorescas casas coloridas adornadas con balcones de flores. El barrio está a pocas cuadras de los atractivos más conocidos como Plaza Grande y Santo Domingo, y tiene un ambiente relajado y residencial, lo que lo convierte en un sitio ideal para escapar del bullicio de la ciudad.
No se puede perder
Es difícil destacar una sola atracción en este barrio lleno de vida. Está el Museo Manuela Sáenz, el convento de Santa Catalina, y la Casa de la Danza, hogar de la danza moderna en la ciudad. No se pierda el Museo de Acuarela y Dibujo, una galería que muestra hermosos dibujos del artista Muñoz Mariño, y otros acuarelistas.
El bar
Una vez más, este barrio no carece de bares, todos ellos excéntricos y extravagantes a su manera (vea Café Dios No Se Muere, Octava de Corpus y La Piedra Cantuña), pero Sirka merece una mención por su música en vivo y DJs, así como programas de luces y películas.