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23 julio, 2020 José Ayerve0
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Quito es una ciudad dinámica con una variedad de vecindarios y sectores con sus propias opciones de restaurantes y hoteles. Aunque siempre disfrutará de su tiempo en la capital, los sectores no son todos iguales y no todos optimizarán su tiempo en Quito. Como bien sabe, el lugar o vecindario en el cual elige hospedarse podrá marcar la diferencia en su viaje, ya que muchos factores influyen en el provecho que le puede sacar a su visita. Acompáñenos en una exploración de las ventajas y desventajas de diferentes zonas, incluyendo su ubicación, la logística de hospedarse ahí y los atractivos que ofrecen.

La Floresta

La Floresta es una de las parroquias de Quito más en boga gracias a sus murales mosaicos que demuestran un aprecio por el arte moderno y la buena comida. Durante el día, puede andar por las pintorescas calles y arboledas y disfrutar de las galerías y cafés que aparecen a la vuelta de cada esquina. Los días viernes y sábado, se suelen montar mercados al aire libre, donde residentes y visitantes puede conseguir frutas y verduras cosechadas en las fincas de la región. También hay una gran concentración de restaurantes que ofrecen de todo; desde la típica hamburguesa americana hasta sushi de alta calidad. Todos los lugares de comida se encuentran a corta distancia, andando a pie, siempre y cuando no salga muy tarde. Mientras su paladar definitivamente quedará satisfecho con las opciones que uno encuentra en este vecindario, debe estar consciente de que hay pocas atracciones turísticas o actividades cotidianas que uno puede experimentar cerca de este distinguido vecindario.

González Suárez

Vista del sector González Suárez
El sector González Suárez está situado sobre una orilla del valle principal de Quito.

La González Suárez colinda el costado norteño de La Floresta hacia la orilla este del valle central de la ciudad y goza de impresionantes vistas hacia Quito y el valle de Cumbayá. Este vecindario es un poco más tranquilo que la Floresta, lo cual permite que sus visitantes duerman cómodamente. Unos cuantos restaurantes se encuentran entre los edificios y hogares en esta zona residencial relativamente nueva. Entre ellos se encuentran negocios estilo delicatessen, cervecerías, cafés, y otros que ofrecen distintas especialidades culinarias.  La González Suárez está situada cerca del hermoso Parque Metropolitano, de donde uno puede disfrutar unos paisajes asombrosos de la ciudad y las montañas aledañas.

La Mariscal

La Mariscal en Quito
El vecindario de La Mariscal es lugar de mucha vida nocturna en Quito.

La Mariscal es famosa por su vida nocturna, especialmente en la Plaza Foch. Muchos bares, clubs y restaurantes se encuentran en este sector, lo cual inevitablemente significa que no siempre es posible acostarse a dormir a una hora razonable. A pesar de que esta zona se describe como el punto de mejor vida nocturna en la ciudad, aquí, uno debe andar con mucho cuidado al salir por la noche. Durante el día, se puede caminar hasta el Mercado de Artesanías, donde puede regatear y adquirir todos los recuerdos y regalos que alcancen en su maleta o, si hace buen clima, puede caminar hasta el Parque El Ejido, donde encontrará muchos artistas desfilando y vendiendo sus obras. A muchos viajeros les gusta comprar una obra de arte original para llevársela a casa.

Guangüiltagua Street

A pesar de que sea difícil pronunciar este nombre, los residentes y visitantes aprecian lo que ofrece este vecindario – algunas de las mejores vistas de Quito Norte. El barrio está situado al norte de la González Suárez, justo debajo del Parque Metropolitano, sobre la orilla este del valle, lo cual implica que uno puede salir a caminar por la mañana y disfrutar de los árboles formidables que forman parte del parque y de un resplandeciente amanecer sobre Los Andes. Esta área también es reconocida por sus divertidos bares y la variedad de restaurantes.

La Capilla del Hombre creado por el artista Oswaldo Guayasamín
La Capilla del Hombre es parte del Museo de Guayasamín en Quito.

Un lugar que vale la pena visitar si se hospeda en este sector es La Capilla del Hombre, una obra y museo creado por el artista Oswaldo Guayasamín, fácilmente el pintor más famoso del Ecuador. El artista dedicó su obra a la gente de Latinoamérica. Este lugar cuenta con vistas inigualables de la ciudad.

La Carolina

Parque La Carolina en Quito
La Carolina ofrece hermosos espacios abiertos, diferentes actividades y una gran variedad de instalaciones deportivas.

La Carolina se encuentra sobre la parte más plana del valle principal de Quito, en la zona conocida como Centro Norte. En medio de este sector, se encuentra uno de los parques urbanos más grandes de Latinoamérica, Parque La Carolina, que funciona de manera parecida al famoso Central Park de Nueva York. Incluye áreas para caminar a su mascota, montar caballo, y disfrutar de un sinnúmero de deportes gracias a una variedad de canchas, campos e instalaciones deportivas. La parte sureña del parque hasta tiene una laguna con piletas y puentes, donde se puede alquilar un bote a pedales.

Cumbayá

Plaza Central Cumbaya
La Plaza Central de Cumbayá

Aunque Cumbayá ofrece poco en cuanto a atractivos culturales, es un buen lugar para relajarse y hacer actividades de ocio. Ubicado a 20 minutos del centro de Quito, Cumbayá está situada a una altitud más baja que la capital y parcialmente resguardada por las montañas aledañas, lo cual significa que es un lugar con un clima más cálido. La Plaza San Francisco es anfitrión de un mercado al aire libre cada sábado y también es dónde uno encuentra varios cafés y restaurantes. Muy cerca de aquí hay un par de cines.

Para aquellas personas un poco más activas, el sendero Chaquiñán, que corre paralelo a una antigua vía férrea entre Cumbayá y el pueblo cercano de Puembo, que queda a unos 20 km al este, ofrece hermosos paisajes del campo a cualquier ciclista o senderista. Otro lugar ideal para relajarse es el Reservorio, con vistas de los valles aledaños. La Esquina, un conjunto de coloridas tiendas, cafés y restaurantes, se encuentra justo al frente de una de las esquinas del Reservorio, y puede ser el sitio perfecto para descansar y recargar sus energías.

Centro Histórico

Plaza San Francisco en Quito
El cielo del anochecer en Quito sobre la Plaza San Francisco

El Centro Histórico de Quito fue el primer sitio nombrado un Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Como el lugar donde nació Quito, las calles y edificios del Centro Histórico te hablan de un mundo que en algún momento existió. Fue uno de los centros preeminentes del Imperio Inca. En el siglo XVI, cuando llegaron los españoles este lugar ya contaba con uno de los mercados más importantes de la región, lo que hoy día es Plaza San Francisco.

La Compañía de Jesús en Quito
El interior de La Compañía de Jesús en el Centro Histórico de Quito, bañado en oro.

El Centro Histórico no es solamente la cuna de un sinnúmero de cuentos e historias fascinantes, también es un sitio lleno de hermosas iglesias y extraordinarios museos y galerías – todos al alcance, andando a pie. La Compañía de Jesús es una iglesia que cuenta con una decoración interior de las más elegantes de Sudamérica, casi totalmente bañada en oro. La Basílica del Voto Nacional representa el orgullo del Ecuador. En lugar de tener gárgolas, esta enorme catedral cuenta con figuras de animales silvestres típicos del Ecuador, además de un gran vitral de colores.

La Basílica del Voto Nacional en Quito
Uno de los atractivos más impresionantes es La Basílica del Voto Nacional en el Centro Histórico de Quito.

Aparte de las iglesias y museos, el barrio de La Ronda ofrece un pequeño vistazo del Quito antiguo, con calles empedradas y puertas estilo colonial que te invitan a conocer tiendas de productos artesanales, restaurantes de comida típica quiteña, así también como varios bares y patios. En La Ronda, hay una animada vida nocturna para aquellos que desean tomarse una copa y disfrutar de música en vivo o bailar, si desean hacer un poco más de ejercicio.

La Ronda en el Centro Histórico de Quito
La Ronda ofrece un vistazo de la vida cotidiana en Quito.

Claro qué el Centro Histórico también cuenta con muchas plazas como la Plaza Grande, donde se encuentra el majestuoso Palacio Gubernamental y la Plaza San Francisco, mencionada arriba, hogar de la Iglesia y Convento de San Francisco. Elegir hospedarse en el Centro Histórico significa que la mayoría de los atractivos más importantes de la ciudad se encuentran a pocos pasos y, ¿qué mejor opción que hospedarse en un hotel boutique que te brinda un servicio íntegro?

Casa Gangotena, por ejemplo, situada sobre un costado de la Plaza San Francisco, es una mansión completamente restaurada y renovada que originalmente pertenecía a una de las familias más pudientes de la capital. Llena de historia, Casa Gangotena ofrece niveles de atención y lujo incomparables, lo cual significa que no solamente vivirá Quito como un destino, sino que también se sentirá en familia.

Casa Gangotena sobre un costado de la Plaza San Francisco
Casa Gangotena iluminada por la luz del amanecer.

En general, el vecindario en el que usted elige hospedarse definirá su experiencia en Quito, sumando o disminuyendo su goce del viaje. ¿Desea disfrutar de cafés y restaurantes? ¿Quiere conocer los atractivos turísticos de la ciudad? ¿Le gustaría estar inmerso en la cultura y las tradiciones de Quito? ¿O desea todas estas opciones? Solamente hay un vecindario que definitivamente le podrá ofrecer todo lo que desea en su visita a la capital de Ecuador, con el casco histórico mejor preservado de toda Sudamérica. ¡La opción es suya! (Y, si decide hospedarse en el centro antiguo, de igual manera podrá explorar cómodamente todos los vecindarios arriba mencionados.)


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27 agosto, 2018 Christopher Klassen
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La calle de las 7 cruces en el Centro Hitórico de Quito.
Una de las cruces que se encuentran en la Calle de las 7 cruces en el Centro Histórico de Quito.

Cruzando la Plaza San Francisco y bajando la Calle Sucre desde Casa Gangotena, uno se encuentra con una de las calles más fascinantes de la ciudad… No sólo hay iglesias en la traficada García Moreno… hay un total de siete cruces gigantescas, y sólo puede haber una razón para tan religiosa conglomeración: la necesidad de dominar a los nativos. Ello demuestra la importancia histórica, y prehistórica, de esta calle.

Se cree que conectaba a las colinas sagradas del Yavirac y el Huanacauri (los cerros del Panecillo y San Juan, respectivamente), donde la sociedad pagana centraba sus actividades y que hoy es buena excusa para recorrer la «escalonada» historia de esta milenaria ciudad.

La llamada Calle de las Siete Cruces —léase García Moreno, en honor al presidente brutalmente asesinado en sus aceras —es receptáculo de un número asombroso de atractivos: el Museo de la Ciudad, el Monasterio de Carmen Alto, el Palacio Presidencial y la Plaza Grande; el Museo Numismático en el antiguo edificio del Banco Central del Ecuador; la residencia de la aristócrata María Augusta Urrutia (ejemplo de la clase pudiente quiteña de principios del siglo pasado); La Compañía y la Catedral; la casa donde la criolla Manuela Cañizares organizaba sus parrandas antirrealistas, incluso una casa colonial donde, como leyó alguna vez un rótulo, «bailó Bolívar». Puedes pasearla en toda su extensión o caminar por la calle Sucre hasta el complejo de San Francisco (visitar a este hito religioso tendrá que ser para otra edición), pero nuestro viaje el día de hoy nos lleva en dirección norte y oeste.

Si «la escalonada historia» de Quito tuviera un hogar, tendría que ser el Centro Cultural Metropolitano (esquina suroeste de la Plaza Grande).En este edificio, donde la Biblioteca Municipal y el museo de cera Alberto Caamaño complementan la agenda artística y cultural del centro, ha operado de todo desde una fábrica de tabaco, una cárcel, un arsenal de municiones, y varias escuelas y universidades, hasta un recinto donde se ejecutaban a los disidentes y la propia alcaldía. Al principio fue un bastión jesuita, con su farmacia—hasta una huerta— y las instituciones académicas principales de la Orden. La biblioteca San Gregorio Magno, una de las más completas de su tiempo, también sería sede del primer periódico de Quito —Primicias de Quito— una de las muchas innovaciones del ilustre Eugenio Espejo. De corta vida, este esfuerzo sembró curiosidad en la mente de algunos criollos.

Una pareja en la Plaza Grande en el Centro Histórico de Quito.
La Plaza Grande es una de las plazas más grades e importantes del Centro de Quito.

Al otro lado de la calle, está El Sagrario con sus hermosos frescos y paredes caladas sobre un fondo turquesa. Más arriba, en la esquina noroeste de la Plaza Grande, está La Concepción, el primer claustro de Quito (puede ser visitada el 2 de febrero durante las fiestas de La Candelaria o durante la misa del 24 de diciembre a las 11 PM). Un desvío sobre la calle Chile al oeste nos lleva al maravilloso templo de La Merced. El exterior casi minimalista es todo un antítesis de lo que hay adentro. «Pastel de bodas» es tal vez la mejor asociación de palabra que se me ocurre para describirlo: un entrelazamiento de figuras y espirales combinando colores palo de rosa y blanco, con la cabeza de Jesús por poco iluminado por luces de neón, y óleos con enormes marcos dorados… ¡Empalagosa perfección! Sobre la calle Cuenca hacia el norte, la casa esquinera alberga el Museo de Arte Colonial. ¡Si las iglesias están llenas de arte religioso, imagínense el museo!

Una cuadra al norte, a la derecha, bajando la calle Olmedo, pasamos por la Casa de Benalcázar, con una colección de arte colonial modesta pero interesante, ubicado en una hermosa mansión al frente de una plaza pequeñita, la primera de Quito.

A dos cuadras cuesta abajo, en Olmedo y Venezuela, el tallado espectacular de las puertas de El Carmen Bajo seguramente te tendrán admirando hasta las grietas. Por la calle Venezuela, en ascenso, puedes también visitar el Museo Camilo Egas, encajonado en una bella mansión, con la obra fabulosamente diversa de uno de los artistas más creativos del Ecuador.

Y finalmente, ya perdiendo el aliento, uno llega a la descomunal Basílica del Voto Nacional, la cosa más grande de Quito. Tan grande, que luce totalmente fuera de lugar, pero es impresionante desde todos sus costados. Esta rareza neogótica construida— ¡y aun no completada!— hace tan sólo un siglo, con sus extrañas gárgolas inspiradas en animales autóctonos y excepcionales torres para admirar la ciudad desde lo alto, la convierten en un atractivo indiscutible.

Las siete cruces hechas de roca volcánica del Pichincha :

  1. Hospicio San Lázaro / Hospice
  2. Carmen Alto
  3. La Compañía
  4. Sagrario
  5. Catedral / Cathedral
  6. La Concepción
  7. Santa Bárbara

Fotografías por Ñan Magazine y Quito Turismo.

La Iglesia de La Merced en el Centro Histórico de Quito.
Conoce esta increíble y única Iglesia en Quito.


27 agosto, 2018 Christopher Klassen
Reading Time: 3 minutes

De ahora en adelante, este blog cambiará un poco porque ahora van a leer las palabras de una joven periodista quiteña (quién también es una bailarina frustrada y escritora esporádica), en este caso, sobre una cafetería bien quiteña. Van a ver el Centro Histórico a través de sus ojos, su olfato y su gusto. Caminarán junto a ella y explorarán desde los rincones más conocidos hasta los más ocultos de este afamado lugar de Quito. La esperanza de la joven no es solo que lean las experiencias sino que las sientan, que se rían junto a ella así como se asombren con cada detalle tradicional, antiguo, arcaico y único del centro.; un lugar que brama por ser explorado más allá del exquisito gusto de los pasillos de la Casa Gangotena.

Por si no se han dado cuenta todavía, esa joven periodista quiteña a quien le pican los pies por danzar con cada oportunidad que se le presenta, soy yo: Bernarda Carranza. Mucho gusto. No soy ninguna experta en el tema, pero como buena periodista soy curiosa y con mis herramientas principales, un pequeño cuaderno celeste y un esfero, anoto todo lo que me asombra y consume mi interés.

El Centro Histórico es un lugar en el cual apenas lo pisas viajas en el tiempo, cuando las calles eran estrechas, las casas largas, angostas y llenas de colores pasteles; cuando los balcones eran pequeños y los geranios desbordaban. Regreso a ese Quito en el cual escuchar tríos musicales tocando pasillos por la calle, el olor abundante a maní y contar “cachos” era cosa de todos los días, regreso a ese Quito del cual solo escuchaba en las historias de la niñez de mis abuelos.

Pero bueno…es fácil perderse en los versos poéticos que inspira este lugar. Así que empecemos ahora con lo más importante en un día…el desayuno. A las 9:30 am de un sábado, no había desayunado y el hambre ya empezaba a nublar mi visión.

Así que nos dirigimos hacia la Cafetería Modelo en la calle Sucre y García Moreno. Esta cafetería está en pie desde 1950 y al entrar uno se percata de ese toque tradicional. Las paredes están llenas de fotografías en blanco y negro, y recortes de periódico enmarcados. Las fotos muestran el Centro Histórico de la época, pero la primera fotografía es la que destaca. La imagen de “La Torera”, un icónico personaje de la ciudad. Una mujer que rondaba las calles del centro todos los días desde los años 40 hasta los 80, y era conocida por sus trajes coloridos y sofisticados (he ahí el apodo de “torera”).

Primero diviso un letrero con colores neón que iluminan “Cafetería Modelo”, luego, me percato que se escucha claramente un pasillo, mis ojos se dirigen hacia el sonido y para mi asombro proviene de un trío musical (¡en vivo a las 9:30 de la mañana!)enternados, con sus guitarras y deleitando a los clientes con su música.

Seguimos caminando por la cafetería hasta llegar a un patio, las mesas están llenas y la gente sonríe al pasar junto a ellos. Subimos al segundo piso donde un color amarillo en las paredes abundan y los desayunos llegan, el mío; jugo de guayaba, tortilla de huevo, sánduche de queso y café en leche.

Mientras disfruto de la mantequilla caliente y el queso derretido del sánduche, más clientes entran y salen y cada uno de ellos saluda y con cortesía van diciendo: “buen provecho”.



27 agosto, 2018 Christopher Klassen
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El arco de la Reina en Quito

Esta mañana me encuentro en la García Moreno y Rocafuerte, ante mí está el famoso Arco de la Reina en el Casco Antiguo de Quito y a mi lado el olor a maní y azúcar se queda impregnado en mi memoria. El Arco (en realidad son dos arcos construidos de cal y canto) une a la iglesia Carmen Alto con el antiguo Hospital San Juan de Dios, que actualmente es el Museo de la Ciudad. Fue construido en 1726 para proteger de la lluvia a los indígenas devotos de la iglesia que escuchaban misa en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles (ubicada frente a la iglesia). Fue nombrado en homenaje a la primera santa ecuatoriana, Mariana de Jesús, que atendía la misa también desde la capilla.

Esta mañana me encuentro en la García Moreno y Rocafuerte, ante mí está el famoso Arco de la Reina y a mi lado el olor a maní y azúcar se queda impregnado en mi memoria. El Arco (en realidad son dos arcos construidos de cal y canto) une a la iglesia Carmen Alto con el antiguo Hospital San Juan de Dios, que actualmente es el Museo de la Ciudad. Fue construido en 1726 para proteger de la lluvia a los indígenas devotos de la iglesia que escuchaban misa en la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles (ubicada frente a la iglesia). Fue nombrado en homenaje a la primera santa ecuatoriana, Mariana de Jesús, que atendía la misa también desde la capilla.

Hoy es un día particularmente transitado. Siento la calidez del sol en mi espalda mientras camino por la García Moreno, mis oídos están abrumados por los sonidos de motores de autos que carraspean, de llantas que chirrían con un frenazo imprevisto, de pitazos (a veces innecesarios), y de innumerables conversaciones entre vecinos, vendedores, parejas, niños…El Centro un fin de semana nunca es silencioso. Encuentro debajo del arco una baranda de piedra donde me siento. El Arco fue construido para proteger de la lluvia y ahora me protege a mí del tráfico de un sábado en la zona.

Antes el Arco de la Reina tenía toda una nota espiritual por todo el bagaje religioso que conlleva. Sin embargo, ahora se dice que solo tiene una función que es la de proteger a los visitantes y turistas de las lluvias –ya que hasta la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles fue cerrada-. Pero al observar atentamente a las personas de pasan caigo en cuenta que algunos mayores todavía se persignan al pasar por debajo.



27 agosto, 2018 Christopher Klassen
Reading Time: 2 minutes

En las calles Cuenca y Bolívar, se encuentra uno de los museos más hermosos de la ciudad, la Casa del Alabado, un Museo de Arte repleto de tesoros Precolombinos. Tiene 5000 piezas arqueológicas de las cuales se exhiben 500 de manera permanente. El gran tesoro que este lugar contiene se evidencia desde la entrada de su casa colonial restaurada del siglo XVII, el patio inspira tranquilidad y al entrar a las salas de exhibición la luz se atenúa y uno se sumerge por completo en el mundo precolombino

La exhibición no está organizada de manera cronológica como este tipo de museos suelen hacer, más bien se dividen por temáticas: el Inframundo, el Medio Mundo y el Supramundo dentro de los cuales se exhiben piezas de distintas culturas del Ecuador. Culturas como la Valdivia, Mayo‐Chinchipe, Chorrera, Jama‐Coaque, entre otros.

La restauración de la casa inició en el 2006 por la Fundación Tolita y finalmente el museo abrió sus puertas al público en el 2010. Caminar por las distintas salas es fascinante, no solo por las joyas arqueológicas que dejan a uno boquiabierto, pero también por el ambiente creado ya sea por el color de las paredes o la luz que se deja pasar. Las salas del inframundo (el universo donde habitan los creadores del tiempo) contienen colores marrones, con luces tenues que alumbran sutilmente las piezas, es una sensación de estar en un lugar donde predomina la oscuridad. Mientras que en los espacios del Medio Mundo (lo que habita sobre la faz de la tierra, nuestro mundo) y del Supramundo (donde habitan los seres divinos y heroicos como el shamán) la luz era más abundante.



27 agosto, 2018 Christopher Klassen
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Las calles, las plazas, las tiendas del Centro Histórico de Quito tienen vida…y al explorarlas te vas dando cuenta de su color, su personalidad y sobre todo de su gente. En su estadía en Casa Gangotena, podrá visitar varios lugares icónicos de Quito a pocos metros de distancia. La caminata desde este punto de la ciudad, le hará familiarizarse con las personas que viven día a día en el Centro Histórico. Cuando caminas lo suficiente o, al menos, frecuentas más de una vez aquel Patrimonio Cultural de la Humanidad encontrará personajes de la capital del Ecuador: siempre infalibles, fieles a su oficio o actividad y que de seguro los verás.

  1. Predicadores de la Plaza Grande

    Estos religiosos no necesitan de megáfonos (aunque algunos sí los usan) para predicar a toda persona que pase o que se encuentre a su alrededor. Con gritos y brazos que se mueven en son dramático al igual que sus versos, los predicadores de la Plaza Grande manifiestan su palabra…

  2. La banca y el comercio

    Los “jubilados”, los viejitos de la Plaza que, ya sin mucho que hacer, se reúnen en las bancas verdes de la plaza, sacan su periódico del día y prosiguen a leer cada palabra y después discutirlo entre ellos.

  3. Jugos naturales

    El carrito ofreciendo jugos que curan todo tipo de mal, sin falta, cruzará tu camino. Aquí podrás degustar un sinnúmero de jugos y brebajes que prometen aliviar tu dolor de cabeza, de espalda, de articulaciones, enfermedades del riñón, corazón….

  4. Lustrabotas

    ¡Los lustrabotas están pendientes de tu calzado, ven cada mancha y cada imperfección!

  5. Bordadoras

    La tradición de vestir santos permanece intacta en Quito e incluso hay bordadoras dedicadas a fabricar expresamente la vestimenta de las figuras religiosas. Si ves a través de un vidrio divertidos atuendos del niño Jesús y vírgenes con terciopelo, por dentro del local encontrarás una bordadora que cose sin parar.