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Bar de cócteles en Quito
Elizabeth Arévalo es una de las nuevas integrantes del equipo del bar de Casa Gangotena. Nacida y criada en la región costera de Esmeraldas, se mudó a Quito hace casi ocho años, cuando tenía 17, para estudiar gastronomía. Su cóctel clásico ideal es un simple gin-tonic con un toque de limón.
¿Qué te gusta de trabajar detrás del bar?
Me encanta el servicio. Me encanta conversar con la gente, ofrecer una experiencia diferente, para que se diviertan y se vayan a casa felices. Es por eso que realmente disfruto lo que hago ahora en lugar de cocinar, porque cuando trabajas en la cocina eres parte de la experiencia… pero de una manera diferente. Me gusta el contacto humano.
Un buen barman puede realmente crear una experiencia en un bar…
Nuestro bar es una experiencia desde el momento en que ingresas, desde que entras por la puerta, porque una vez que estás dentro es un mundo diferente. La comodidad, el diseño y luego los cócteles: la gente realmente se entusiasma con los cócteles exclusivos que hacemos.
¿Todos trabajan en equipo?
Hemos trabajado duro y nos hemos convertido en un buen equipo, cada uno con sus propias fortalezas y ayudando a los demás cuando no son tan buenos en algo. Poco a poco nos hemos convertido en una barra sólida. Ha sido un proceso. Pero ahora somos una gran familia. Christian [Moscoso] y yo comenzamos más o menos al mismo tiempo, hace siete meses, así que hemos estado creciendo juntos.
¿Su experiencia en gastronomía ayuda?
Puedo probar cócteles y separar todos los sabores. Creo que mis estudios me ayudaron, porque es lo mismo: crear. Es como un plato, pero no es un plato, es una bebida. Es la mezcla de sabores.
¿Los clientes le piden que explique como crearon estos elaborados cócteles?
Parte del servicio en este bar es explicar el menú a nuestros clientes. Los clientes vienen y se sientan y les entregamos el menú, explicando nuestros cócteles y por qué el menú se llama Homenaje, todo sobre los ingredientes, la dedicación, el empeño que le ponemos. Y nos enfocamos en las preferencias del cliente, nosotros recomendamos una bebida, pero es más… conversamos con los clientes, averiguamos qué les gusta, qué tipo de sabores, y de allí podemos sugerir un cóctel que podría ser para ellos.
El menú tiene un enfoque muy ecuatoriano…
Sí, está arraigado en nuestra cultura: las frutas y las hierbas andinas que se encuentran en el Sangorache, por ejemplo. Y el licor de caña de azúcar de Manabí, lo usamos mucho. Los invitados vienen y preguntan: «¿Qué licor es tradicional aquí?» Y les contamos todo sobre la caña manabita. Creo que es hermoso porque es parte de la experiencia. Pueden ir a casa y decir: «Estuve en Quito y probé un licor tradicional con fruta local…» Y otra cosa es que todos estos productos son realmente frescos. Mucho trabajo, de parte de todos nosotros, entra en un cóctel en el bar.
¿Te gusta usar todos los aparatos que hay detrás de la barra?
Además de facilitar nuestro trabajo, es parte de la experiencia. La máquina de humo, la máquina de llamas: cuando pones algo en la barra, la gente se queda impresionada. Y no solo las personas que han ordenado esa bebida, sino todos en el bar. Es realmente llamativo. Va de la mano con nuestro estilo de alta cocina.
¿Cuál es tu bebida favorita en el menú?
De Homenaje, mi cóctel favorito es Alchemia. Me gustan los cítricos y me encanta la maracuyá. Me encanta esa combinación de sabores, y que cuando lo pruebes, ¡la sensación en tu boca es diferente que la de tu nariz!
El menú se llama Homenaje. Si Casa Gangotena creara un cóctel en homenaje a ti, ¿cómo sería?
Sería bastante refrescante. Comenzaría con caña (licor de caña), no solo porque la usamos mucho aquí, sino porque siempre me gustó. Algo refrescante, algo afrutado, no muy dulce. Tal vez algo con un poco de granadina.
