Café Quiteño en Casa Gangotena: Un gran espectáculo en el patio
En la Era de Pokemon Go y Despacito, de calentadores para la cena y aplicaciones para encontrar una cita, de restaurantes sirviendo cereal y estrellas de realitys dominando el mundo, es de gran agrado saber que todavía hay gente en el mundo a quienes el decoro, la clase y la simplicidad son parte de su día y a quienes podrás encontrar en el Café Quiteño.
Uno de los lugares que ofrece este ambiente es la Casa Gangotena, donde su Café Quiteño es el momento ideal para disfrutar de esta experiencia. Un giro ecuatoriano a lo que es la hora del té británica, la ceremonia es llevada a cabo en el hotel de 16:00 a 18:30 de la tarde, y consiste de varias opciones de te, café y una deliciosa selección de bocadillos tanto dulces como salados. Hasta ahora, completamente británico. Pero a diferencia de su contraparte al otro lado del Atlántico, la versión en la Casa Gangotena es elegante pero relajada, especial pero subestimada, tradicional pero innovadora.
En el patio bañado de luz en el corazón del hotel, un grupo de mesas están elegantemente ordenadas con manteles blancos y pequeños banquitos. A lo largo del ritual solo hay una decisión que se debe tomar: ¿café o té? Si la respuesta es café, se trata de café ecuatoriano, rico y fuerte, elaborado a estándares merecedores de un premio. Pero si se escoge té, ¿qué clase de té? ¿Verbena de limón, bálsamo de limón, manzanilla, menta recogida fresca del huerto, o Darjeeling, Princess of Wales o Earl Grey con un chorro de leche o un poco de limón?
Pero cuando se toma la difícil decisión, el resto es fácil ya que se prueba un poquito de todo. Una bandeja de plata de dos pisos es elegantemente arreglada con pastas con mermelada de piña y crema batida, pastel red velvet decorado con raíz de remolacha y una tarta de limón. Hay también maíz negro y bocaditos de cerdo, buñuelos rellenos de aguacate y empanadas de queso: un pequeño banquete. El sentimiento es distintivamente ecuatoriano, con una pizca de británico.

Mientras se está ahí sentado, bajo los artísticos candelabros y paneles en el techo originales del siglo XIX, es un momento para reflexionar sobre todo lo que está bien en el mundo. Es también la perfecta oportunidad para chismear un poco sobre su día, sobre otros huéspedes y otros miembros de la alta sociedad, tal cual lo haría la señora que habitó esta casa hace un siglo.
De lo que sea que se decida hablar (lo cual depende completamente de cada persona) lo hará con placer, mientras la ceremonia procede sin pausa pero sin prisa.
Tal vez lo más maravilloso sobre el Café Quiteño y sobre la tarde de té, es el saber que cuando termine, la prometedora y deliciosa cena no tardará en llegar.

Etiqueta británica para la hora del té
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El código de vestimenta para la moderna tarde de té, es “inteligentemente casual”: para los hombres, es aceptable usar jeans, pero no se puede usar ropa ni zapatos de deporte. Las mujeres, pueden vestirse tan bien como ellas quieran.
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Mojar los bocadillos en el té NUNCA es aceptable en público, guarda esta costumbre para la privacidad de tu propia cocina.
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En la vieja adivinanza de “¿crema batida o mermelada primero?” en el bocadillo de uno, depende de donde se esté tomando el té. Si es en Devon, primero va la crema y después la mermelada. En Cornwall, se debe poner la mermelada debajo y la crema encima. En Quito, el debate al respecto continua.
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Para mezclar el té: coloque la cuchara a las 6 en punto y mueva la bolsita de té hacia las 12 en punto. Cualquier cosa que se haga, no se puede, bajo ninguna circunstancia, golpear la cucharita contra la taza o dejar la cuchara sumergida en el té.
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Estirar el meñique mientras se toma un sorbo, es un mito. No ayuda al balance ni es de buen gusto.